martes, 20 de septiembre de 2011

El asesino

9/09/11

Héroes

Las lagrimas le recorrían las mejillas, húmedas y cálidas contra su piel, dejando rastros brillantes por todo su rostro. Caminaba deprisa por los pasillos del hotel. Era difícil seguir andando e ignorar los desesperados gritos de Pino, que aullaba su nombre desde la puerta de la habitación.
Aun resonaban en su cabeza las palabras de Pino. "Si, he matado a dos hombres. Pero lo he hecho por ti, por vosotros. No pienso consentir que os hagan daño. Os voy a proteger cueste lo que cueste." Cerró los ojos, tratando de evitar que las lágrimas siguieran deslizándose a través de sus párpados, pero fue en vano. Se las secó con  el dorso de la mano y se dirigió a la habitación que compartía con Paqui. Afortunadamente cuando llegó no había nadie en la sala. Sandra se tiró encima de la cama, abatida y confusa. No podía dejar  de pensar en lo sucedido. No sabía que le resultaba más doloroso, si que Pino se dedicase a salir por las noches a cazar seres humanos, personas con sueños y esperanzas, o que haciéndolo se arriesgase constantemente a recibir un disparo. El agudo timbre del teléfono la sacó de sus ensoñaciones. Dejó que sonase durante algunos segundos. Sabía perfectamente quien llamaba, no le hacía falta revisar el número. No estaba segura de querer hablar con él. Pero finalmente contestó.
-¿Qué quieres?- preguntó secamente.
-Pedirte perdón. Lo siento -la voz de Pino sonaba insegura, como si no supiese muy bien que se suponía que debía decir- Tendría que habértelo contado de otra forma. Oye espera...-le parecía haber oído un sollozo al otro lado de la línea- ¿estás llorando?
-Sí, déjame en paz -le gritó antes de colgar.
Pino miró el auricular, sorprendido por la reacción de Sandra. No entendía que estaba pasando. Nunca había visto a Sandra reaccionar así; de hecho, nunca la había visto realmente enfadada, y no sabía como actuar. ¿Debía volver a llamarla o dejarla tranquila?.
-Joder...- Cogió el teléfono sin mucho aplomo y marcó de nuevo el número de su habitación. Sandra fulminó con la mirada al dichoso aparato, dudando entre coger o dejar que Pino siguiese llamándola toda la noche. Acabó decidiéndose por contestar la llamada y dejarle las cosas claras a Pino.
- A ver , ¿qué parte de déjame en paz no has entendido?
-La parte en la que estás llorando y yo tengo que hacer como si nada -Pino se arrepintió inmediatamente de la dureza de sus palabras- Sandra, siento muchísimo esto.
- Ya, haberlo pensado mejor ¿no?- replicó despectivamente.
-Sandra, he dicho que siento que estés llorando y haberte hecho daño con lo que te he contado, no que sienta haber hecho lo que hice. Haré lo que sea por defenderte, quieras tu o no.
-Vale -la voz de Sandra era cada vez más agria- pues yo no se si quiero ser la amiga de un asesino.
-Sandra, por Dios, no me digas eso, por favor.-Pino se estaba empezando a asustar. Había dado por sentado que lo de Sandra no era más que una rabieta y que se le pasaría rápido, pero lejos de calmarse el enfado de Sandra iba cogiendo fuerza por momentos.- No puedes dejar de quererme solo por esto. Sandra ya se estaba empezando a hartar de toda la situación.
- ¿Y qué te digo?,¿qué quieres que haga, Pino? ¿te doy la enhorabuena por ser un asesino? O mejor, ¿me hago la tonta como si no pasara nada?
-Si no quieres saber lo que hago, no preguntes Sandrita, por favor. No digo que te hagas la tonta, solo digo que no vuelvas a preguntarme por este tema.
Aquellas palabras molestaron a Sandra. ¿Se suponía que debía ignorar el hecho de que las manos con que Pino la acariciaba con dulzura todos los días estaban ahora húmedas por la sangre con que las había manchado? Era imposible olvidarlo, era imposible mirarle ahora a los ojos sin el convencimiento de que estaba observando a un asesino .Era mucho más de lo que ella podía soportar.
-No te preocupes que no te voy a preguntar nada de esta tema y de ningún otro. Adiós- Su tono era firme pero se notaba que seguía llorando.Estaba a punto de colgar el teléfono pero la voz de Pino le impidió hacerlo.
- Sandra, escúchame. Por favor Sandra, te quiero muchísimo. No te vayas de mi vida y menos por esta idiotez.
Sandra no podía creer lo que acababa de oír.
-¿Idiotez? ¿Te parece una idiotez matar a dos personas?
-No, me parece una idiotez que dejes de hablarme por protegeros a ti y a decenas de niños de todo el mundo. No he hecho nada malo.
- Si, asesinar a dos personas. Eso es malo, denota vacío de alma- replicó enfadada. " Y no quiero que te pase nada Pino, te juegas la vida y si te pierdo..., me muero." Pensó decirle eso pero su orgullo se lo impidió. Estaba enfadada y no podía flaquear todavía.
-No, matar a la familia de alguien, como ellos hicieron con la mía, eso es malo. Yo solo os he defendido y tengo mi alma perfectamente. Y aunque así no fuese  no me importa, no me importa mi alma, me importáis vosotros. Si tengo que perder mi humanidad por defenderos que así sea.
A Sandra aquellas palabras le parecieron preciosas y algo se agitó en su corazón. Después de todo, Pino era su mejor amigo, y había cometido esos asesinatos por amor, en un intento desesperado por mantenerla alejada de cualquier peligro. Pero estaba tan enfadada que no le llegaron lo suficiente como para perdonarle en ese momento.
-Ya, pero yo no quiero verlo. Haz lo que quieras, pero yo no voy a ver como una de las personas que más quiero en esta vida se convierte en un asesino.
- ¿Y cuál es la solucion? ¿Echar a esa persona de tu vida?
Sandra se lo pensó antes de contestar.
- Si, quizá si- nuevas lágrimas recorrían el rostro de Sandra. Pensar siquiera en perderle era demasiado doloroso.
-Sandra, por favor, si vas a enfadarte conmigo hazlo, pero no llores lo que sea menos eso- nada afectaba más a Pino que el sonido de los sollozos de Sandra, que se le clavaban en el alma con la fuerza de un puñal. Pero tampoco podía decirle que se arrepentía, ni que no lo volvería a hacer. No era capaz de mentir a Sandra
- Ya, que no llore -Sandra se rió con amargura.- ¿Y qué debo hacer, reír? ¿Celebrar que mi mejor amigo es un asesino?
-No joder....yo solo.....joder yo....lo siento, lo siento mucho.
- No, el problema es que no lo sientes.
-Si, siento haberte hecho daño, no te puedes imaginar cuanto.
-Ya- Sandra ya no sabía que más decirle y se quedó callada pensando en como continuar la conversación. Pino esperó a que siguiese la frase, y al ver que no decía nada, empezó a ponerse cada vez más nervioso. El silencio le envolvía como una enorme red, gruesa y oscura, que le asfixiaba, le aplastaba contra la cama sobre la que estaba tumbado.
Optó por romperlo.
-Sandra, dime algo por Dios
-Mira Pino, se que sientes hacerme daño, lo sé, pero es que....- se detuvo, intentando evitar que su voz pareciese demasiado llorosa- también se que vas a seguir matando y yo no puedo ver como te conviertes en un asesino.
- No lo veas...-Pino era incapaz de ver lo absurdo de sus palabras, lo ridículo de pedirle a una de las personas que más le apreciaba en el mundo que apartase la vista cada vez que cometía un asesinato.
- Pino, no puedo mirar hacia otro lado.
- Sandra, te juro que no te contare nada más. Pero por favor Sandra sigue conmigo.
A Sandra le pareció percibir como si Pino de un momento a otro fuera también a empezar a llorar.
- No puedo, Pino, no puedo soportar la idea de que me sonrías por las mañanas y luego por las noches te dediques a matar gente, no puedo. No quiero un amigo así.
Las manos de Pino estaban tensas como garras en torno al teléfono. A pesar de que estaba respirando agitadamente, sentía que le faltaba el oxígeno, que se ahogaba en la habitación, como si el auricular se hubiera aferrado con fuerza a su garganta, intentando estrangularle. No podía soportar esas palabras, y lo que significaban. Y mucho menos si venían de ella.
- Si el que no me vuelvas a hablar es la condición para que estés a salvo, lo acepto.
- Quizá lo sea -Pino sintió clavarse una esquirla de hielo en su pecho.- Pino, yo prefiero estar en peligro
y que seas el chico de siempre a estar a salvo y tener un asesino como amigo.
- Sandra, y yo prefiero morir sin tenerte al lado, a que estes en peligro- Sandra sacó la lengua pensativa y se mojó los labios.
- Ya... lo siento Pino, pero no puedo.
- Sandra, por favor, te lo suplico
- Pino... no puedo, no puedo olvidar esto. Te quiero mucho pero esto supera mis fuerzas, yo... lo siento- Sandra sollozó con mucha más fuerza al otro lado de la línea. Pino intentaba tragarse las lágrimas.
-Por favor Sandra, por favor, te quiero, no llores por favor, perdóname... perdóname -Pino se odiaba a sí mismo por hacer sufrir a Sandra, pero cada vez que por su mente cruzaba la idea de dejar la caza, pasaba al instante siguiente la imagen de Sandra andando por la calle, de noche, y con una furgoneta negra a sus espaldas. No. No podía. Sabía como hacer que Sandra dejase de llorar, pero no podía. Y, con ese convencimiento en el alma, trató de bloquear su dolor y su pena, que corrían ya a raudales por sus mejillas.
- No se como hacerlo.
- Y apartándote de mi no aprenderás- Sandra meditó las palabras de Pino. Lo que decía era verdad, pero ella no estaba segura de si deseaba aprender a querer a un asesino.
- Ya, déjame pensarlo. Ahora no puedo contestarte. No puedo prometerte que te voy a perdonar, sabiendo que lo volverás a hacer. - En el corazón de Pino todavía se albergaba una esperanza, como una pequeña cerilla tratando de iluminar la inmensa oscuridad de una caverna.
-  Sandra, prométeme que me sigues queriendo al menos. Por favor, prométemelo.
- Te prometo que lo voy a intentar Pino, pero no sé si seré capaz de quererte igual- la voz de Sandra era firme.
-Joder- Sandra pudo notar como Pino se echaba a llorar y poco después escuchó como se cortaba la línea. Se quedó un rato con el teléfono en la oreja, esperando que Pino volviese a llamar. Finalmente, colgó el aparato. Miró a la habitación sin verla, y se dejó caer de espaldas en la cama. Se agarró a la almohada, y enterrando la cara en ella, empezó a sollozar.

Sandra Palacios en colaboración con El Príncipe

martes, 6 de septiembre de 2011

Feliz Cumpleaños -Do you know what you got into?

Héroes

07/09/11

Las luces de la discoteca ataca las pupilas en flashes blancos de centésimas de segundo, una y otra vez.
Las manos arriba.
Los cuerpos moviéndose al ritmo de la música.
Saltando y entrelazándose.
Hace algo de calor pero el fresco de los vasos de plástico con la bebida insensibilizan los dedos.
Erik deja escapar un grito de alegría cuando echan un poco de agua en la pista, como muchos otros que bailan ahí.
Da el último trago al ron que se ha pedido y sigue bailando.
A veces vale la pena envolverse por todo lo que les rodea.
Esa es una de esas.
Didi le sonríe bailando en frente de él.

Se mueve con gracia mientras le mira y sonríe.
Le coloca las manos sobre los hombros.
Eric la sigue.

>>Party rock is in the house tonight
Everybody just have a good time
And we gon’ make you lose your mind
We just wanna see you... Shake that!...<<

Hoy cumple, él - Erik, cumple 20 años. Y el mejor plan ha sido ir a una discoteca.
Como regalo de cumple las bebidas son gratis y la entrada rebajada.
Que fiesta.
Él se mueve con las manos hacia arriba. Camiseta negra ajustada, como le gusta, pantalones vaqueros  y deportivas blancas altas. El cabello castaño en cresta y el pendiente de cristal dejando escapar destellos. 
Se besan.
No porque estén enamorados, no porque sean pareja, simplemente lo hacen porque es lo que se hace.
Entrelazando sus lenguas.
Bueno, puede que ella si que esté enamorada... o solo pillada.
Pero él tiene cosas mejores en las que pensar.
Hoy el objetivo es: "el desfase"
Tiene la total excusa de hacerlo.
¡Es su día!
¡A la mierda todo! 
¡Hoy solo quiere ponerse hasta el culo de bebida y fumar!
¡Bailar y pasárselo de puta madre!
Sonríe.
Joder, no recuerda un cumpleaños más de puta madre que este.
Bueno, tampoco sus cumpleaños han sido gran cosa en su vida.
Por un instante Raúl se le pasa por la mente.
¿Cómo estará su gemelo celebrando su cumpleaños?
Un momento.
¡Qué le jodan!
¡Esa boche se va a centrar en él mismo!
¡A la mierda el gilipollas de Raúl!
Se acerca un chaval que se llama Andrés.
Un "amigo".
-¡Tiioo! ¡Ya me gustaría que mis cumpleaños fuesen así! ¡Qué hijo putaa!
Erik ríe y le empuja.
Didi sonríe.
-Pues podría mejorar...-le propone.
-¡Eh! ¡El cumpleañero!-dice Naia plantándose al lado de Erik- Vaya fiesta, ¿eh?
-De puta madre-ríe Erik contento.
-No te he visto tan contento sin fumarte nada... ¡en la vida!
Bailan.
Una chica se acerca.
Naia alza las cejas con una sonrisa torcida.
-¡Eh, Erik! ¡Aún no te he dado tu regalo de cumpleaños!-le dice la chica mientras se le acerca y después  le planta los labios sobre los de él.
¡Tiooooo!
¡QUE PEDAZO NOCHEEEEE!
¡COJONUDAAA!
Hoy marcará su record de lios en una noche.
Son las 23.14 y ya lleva quince pavas.
Erik sonríe cuando la chica se aparta.
Didi la fulmina con la mirada.
-¡Vaya, hoy es tu día de suerte!-dice Naia.
-Siempre tengo la suerte en la palma de la mano-guiña un ojo Erik.

**

-Sandra. ¿Qué te pasa preciosa?-pregunta Pino acercándose a ella. Está llorando- ¿Estás bien?
-No, no estoy bien-responde ella irritada- Si te parece lloro de alegría...
-¿Y qué es lo que te pasa pequeña?-pregunta.
Siente en el corazón un pinchazo.
Dios.
Que no llore por favor.
Sandra se aparta una lagrima pero no puede evitar seguir llorando.
-Por favor, no llores-David la abraza.
Sintiendo su cuerpo con sollozos.
-¿Cómo quieres que no llore?-pregunta ella entre sollozos- Erik pasa de mí-con un ademán de la cabeza le señala.
Como no, se está morreándo con otra.
-Yo ya no le entiendo-niega Sandra.
-Pero... es lo de siempre, ¿no?-dice Pino.
SIEMPRE pasa de ella.
Es cuestión de VISTA.
-Sí, supongo que sí-se sorbe ella- Ayer todo era perfecto pero parece que hoy es como siempre-replica más para ella que para David.
-¿Ayer? ¿A qué te refieres?
-Bueno, parecía que había cambiado de opinión... Pero hoy ya ha demostrado que no.
La música también les envuelve pero les molesta.
Es como si les sobrase.
Pino deja su vaso de bebida a sus pies.
-Tal vez lo imaginaste.
-No, me lo dejó claro. Todo parecía diferente-solloza Sandra.
-Quizás...-intenta consolarla él.
-No sé como lo hace pero siempre todo termina jodiendose-Sandra sin evitarlo llora más fuerte.
Que idiota.
Es un maldito idiota.
Un maldito idiota que la tiene pilladísima.
Hasta la médula.
-Quizás...-Pino calla. Frunce el ceño- Quizás le gustan más lanzadas... Tu eres muy tímida.
-Ya pero yo no soy así. Así es Didi. 
-Inténtalo-dice Pino.
Él si que es idiota.
Tirándose piedras sobre su tejado.
Pero es que ella está tan... hundida...
-Soy como soy-contesta Sandra- Ojalá fuese como Didi-dice con un poco de rencor- pero no lo soy.
Hay un silencio entre ellos mientras la canción cambia.

>>All the people tonight 
put your hands in the sky
Come on boy, come and get in the 
rhythm music will take you high
What I'm feeling about you
I love you, don't know why
Everybody come and get in the 
rhythm music will take you high<<

-No lo entiendo. Ayer parecía...-Sandra se pasa el dorso de la mano por la nariz- parecía quererme y hoy... Bueno, salta a la vista como se enrolla con cada chica.
Así era.
Una nueva chica.
Sin duda Erik estaba haciendo record.
-Ya te he dicho que Erik le gustan más lanzadas, si tú...-sigue David.
-Ya fui lanzada ayer. Ya fui detrás de él. Hoy no-replica furiosa, se seca las lágrimas. Maldito gilipollas- Que le den por el culo.
-Es un poco extraño que digas que le den por el culo cuando lloras por su culpa, ¿no crees?-Pino la estrecha con su mano el hombro- Mira Sandrita, si de verdad le quieres- un peso cae en su estómago al decir todo eso- Ve tras él. Sé como Didi esta noche.
Sandra niega con la cabeza.
-No puedo...-bebe de su refresco con algo de dificultad- Me es imposible ser alguien que no soy.
Silencio de nuevo.
Pino suspira y mete sus manos en sus bolsillos.
Su mano izquierda roza una bolsita...
Una idea fugaz se le pasa por al mente y toma forma rápidamente.
Y si...
No.
Pero ella...
Sí, eso es.
Es lo mejor.
-Tal vez lo que necesitas es ayuda-dice simplemente cerrando sus dedos sobre la bolsita- Oye... ¿Esa no es Paqui liándose con un tío?-intenta decir con la mayor credulidad.
Sandra tuerce un poco el tronco y mira sobre su hombro.
Con mano rapida David echa el contenido de la bolsa en el ron de su amiga.
Ella frunce el ceño y le mira.
Pino deja caer disimuladamente la bolsa al suelo.
-Que va-responde ella.
-Jaja, ha debido ser la bebida. Creo que bebí mucha ya... Me lo había parecido-ríe.
Sandra lo hace, pero sin muchas ganas.
-Bueno pero... pero tu no has bebido nada-dice él- tienes el ron entero.
-Ya.
-¿Y no tienes sed? Con este calor...
-No es que... no me apetece. No tengo sed, beber me hace sentir más deprimida. Creo que me voy a ir- Sandra va a dejar el refresco.
Pino la coge del brazo impidiéndola que deje el vaso.
-No Sandra. Espera, quédate un poco más... pásatelo bien. Ya sabes, baila un poco, bebe. Lo que se hacen en las fiestas-Pino hace un puchero-por favor, quiero quedarme contigo.
-Esto es lo menos parecido a una fiesta-dice ella mirando hacia Erik.
David la coge d ela barbilla.
-Hagamos entre los dos que lo sea. Venga, bébete el refresco y vamos a bailar-la sonríe.
-Si bebo más me voy a emborrachar...
-Vamos Sandra-ríe Pino intentando que su risa no sea hueca- De aquí eres la que más control sobre tu mente tienes...
-Ya pero...-Sandra echa una fugaz mirada a Erik.
Él está en su faena con una rubia imponente.
Sandra frunce los labios y de un trago se bebe el ron.
Pino sonríe, sabiéndo que ya no hay anda que hacer.
A cavado su propia tumba.
-¿Ves? Venga... Bailemos...
Sandra asiente y le sigue a la pista de baile.

**

Erik baila con una sonrisa en el rostro.
Le tocan el hombro.
Se da la vuelta para encontrarse con Pino.
La sonrisa muere en su rostro.
-¿Qué quieres?-le pregunta seco.
-¿No puedo felicitarte?-dice él disimulando.
-Ya lo has hecho, pírate-le espeta.
-Oye Erik-murmura Pino- Tranquilízate. He venido para decirte que Sandra quiere hablar contigo.
-¿Conmigo? ¿Y de qué quiere hablar? ¿Necesita un cartero?
-No-gruñe Pino- está fuera. Esperándote. Supongo que quiere felicitarte-dicho esto se da la vuelta y evita a Naia quien le mira con los ojos achinados.
-¿Qué quería ese pipa?-pregunta la chica.
-Nada-responde Erik bebiéndose la bebida alcohólica y dándole el vaso a Naia- Ahora vuelvo.
Se da la vuelta y entre la gente se dirige a la salida.
Naia gruñe y da los vasos a Didi. 
Ella se va hacia el otro lado de la disco.

**

El aire le da en la cara al salir de la discoteca.
Un escalofrío le recorre.
Allí hay gente fumando y hablando.
Puede oír el sonido del paseo marítimo cerca.
Huele a mar.
Mira a los lados.
¿Dónde...?
La ve allí.
Apoyada en una esquina.
Se acerca a ella.
Sandra le sonríe con los ojos brillantes.
-¿Qué quieres? Pino me ha dicho que querías habl...
Ella le interrumpe besándole.
Erik se queda de piedra durante unos instantes pero corresponde.
Sandra cierra los ojos.
Le coge de la nuca.
Roza con avidez su lengua.
Bebiendo de él.
Sedienta.
Erik frunce el ceño y la aparta.
-Sandra...
-¿Sí?-ella enreda sus dedos en el pelo castaño de él y se muerde el labio.
Siente calor entre las piernas que sube por su cuerpo.
Como si tuviese fiebre.
Una fiebre terriblemente erótica.
"¿Pero a ésta que le pasa?" se pregunta él.
-¿Estás... bien?-la pregunta.
Ella se retuerce bajo un escalofrío.
Y aprieta su mano en la nuca de él y cuela la punta de los dedos en el borde del pantalón de Erik.
-Claro que sí...-hace ademán de besarle.
Él la para.
Ella no es así.
Nunca lo ha sido.
-No, en serio.
-En serio-gime ella deseosa- No me pasa nada.
-¿Qué te han dado?
-¡Que no me han dado nada!-casi grita ella apretándose más contra él- ¿Nunca has visto una tía con un calentón? ¿Eh?
Erik no responde.
Sandra tiene las mejillas coloradas.
Y esos ojos tan brillantes.
Tan decidida.
Dios...
Que caliente.
A él le da una sacudida en el pantalón.
Jesús.
-¿Eh?-gime ella  acercándose de nuevo a los labios de él.
Se besan, entrelazando sus lenguas sin pudor alguno.
Ella le aprieta contra su cuerpo y le devora.
Joder.
Joder con la Sandrita.
Está consiguiendo...
Erik la coge de la muñeca y la separa.
-Ven-dice con voz ronca.
Se alejan de la discoteca.

Giran a la izquierda a unas calles de distancia.
Un callejón les da la bienvenida.
Al fondo está oscuro y apenas se puede ver.
Erik la lleva hasta allí, protegidos por la aparente oscuridad.
Suficientemente iluminado para verse las siluetas y los rasgos levemente.
A él no le importa.
Ella es un mapa de colores.
Calientes.
Ardientes.
Rojo.
Amarillo.
Naranja.

La acorrala contra una de las paredes del callejón y la atrapa los labios.
Todo se descontrola.

>>So hot
Out the box
Can we pick up the pace?
Turn it up,
Heat it up
I need to be entertained
Push the limit
Are you with it?
Baby, don’t be afraid
I’ma hurt ‘ya real good, baby<<

Ella le agarra por los hombros.
Sintiendo oleadas incontrolables por todo el cuerpo.
Cada roce de él es...
Un mar de lenguas de fuego.
Recorriéndola entera.
Siente las manos de Erik por todo su cuerpo.
De repente el vestido que lleva le molesta.
A ella y a él.
>>Let’s go
It’s my show
Baby, do what I say
Don’t trip off the glitz
That I’m gonna display
I told ya
I’ma hold ya down until you’re amazed
Give it to ya ’til your screaming my name<<
   
Ataca el cuello de ella.
La siente caliente bajo sus labios.
Se estremece.
Nunca la ha sentido tan...
¿Sexy?
Sí, esa es la palabra.
Sexy.
Sandra está que arde.
No se para a pensar el por qué.
Él es el destinatario de todo ese deseo.
No va a desperdiciarlo.
Cuela sus manos bajo la falda de ella.
Sandra gime cuando nota los dedos de Erik rozándole los muslo internos.
Aprieta con más fuerza su agarre.
Le obliga a besarla.
Él corresponde con un ronco resoplido.

>>No escaping when I start
Once I’m in I own your heart
There’s no way you’ll ring the alarm
So hold on until it’s over

Oh, do you know what you got into?
Can you handle what I’m ’bout to do?
‘Cause it’s about to get rough for you
I’m here for your entertainment<<

Sandra gime.
Gime.
Eso a Erik le pone más aún si es posible, sintiendo que el pantalón definitivamente le molesta.
Arrastra la ropa interior de ella hacia abajo.
La siente temblar de deseo.
Se le pone la piel de gallina cuando siente las uñas de ella contra sus omoplatos cubiertos por la camiseta.
-Erik...-atina a decir ella con la voz acelerada y la respiración veloz.
Erik baja la ropa interior hasta la mitad de los muslos.
Ella le aparta y se la quita con rapidez, guardándola en uno de los bolsillos de los pantalones de él.
Sandra le besa y lleva sus manos al cierre del vaquero.
Erik gime cuando la cremallera es bajada.

>>Oh, I bet you thought that I was soft and sweet
‘Ya fallen angel swept ya off ya feet
Well I’m about to turn up the heat
I’m here for your entertainment

It’s alright
You’ll be fine
Baby, I’m in control
Take the pain
Take the pleasure
I’m the master of both
Close your eyes
Not your mind
Let me into your soul
I’ma work ya ’til your totally blown<<

Rápidamente lo pantalones dejan de ser el principal objetivo.
Él la agarra de la pierna y la sujeta con firmeza contra su cintura.
De un impulso ella entrelaza la siguiente.
La aprieta contra la pared.
Ella pasa sus brazos por encima de los hombros de él.
Las respiraciones aceleradas.

Erik deja escapar un gemido ronco cuando empieza a sentirse dentro.
Sandra siente un pinchazo de dolor, leve.
Las sensaciones que atacan su cuerpo son demasiado intensas y dejan el dolor en tercer plano.
Es tan...
Tan...
Gime al lado del oído de él.
Un escalofrío le recorre a ambos.
Erik durante unos segundos se queda quieto.
Mientras siente que el deseo les muerde.
-Erik...-gime ella antes de besarle- sigue... sigue...
Que voz.

>>No escaping when I start
Once I’m in I own your heart
There’s no way ‘ta ring the alarm
So hold on until it’s over

Oh, do you know what you got into?
Can you handle what I’m ’bout to do?
‘Cause it’s about to get rough for you
I’m here for your entertainment<<

Chispas en su cerebro, hace que salga humo.
Los nervios están siendo recorridos por mensajes de placer que hacen estremecer a los músculos.
Que la piel se ponga de gallina.
Que el pulso se acelere.
Que la garganta se dilate y deje escapar suspiros, resoplidos y roncos gemidos que salen de lo más hondo del placer.
Siente el agarre fuerte de ella y el rozar de su interior.
Siendo la autora de todos esas sensaciones.

>>Oh, I bet you thought that I was soft and sweet
‘Ya fallen angel swept ya off your feet
Well I’m about to turn up the heat
I’m here for your entertainment

Oh oh… mmm
Entertainment
Oh oh… Oh entertainment
I’m here for your entertainment<<

Siente el aliento de él contra su cuello.
Haciendo que se le ponga el cabello de punta.
Le siente dentro, duro, caliente.
Empujándola contra esa desconocida pared.
En ese lugar desconocido.
Hace que se estremezca.
Es imposible sentir tanto placer.
Imposible.
Cree que va a explotar.
Todo a perdido sentido alguno.
No hay tiempo.
Solo aquello.
Ese momento.
Cuando le siente suyo.
Más suyo que nunca.
Apenas se da cuenta de lo que está dejando atrás.
Apenas se da cuenta en lo que se está metiendo.
No la importa.
La envuelve.
Demasiado intenso.

>>Oohh
Do you like what you see?
Woah
Let me entertain ya ’till you scream

Oh, do you know what you got into?
Can you handle what I’m ’bout to do?
‘Cause it’s about to get rough for you
I’m here for your entertainment<<

El movimiento les catapulta hacia el séptimo cielo, hasta el octavo si es que insiste.
Demasiado caliente.
Todo quema
Quema.
Son llamas de fuego.
Un fuego que arde con demasiada intensidad.
Dos polos opuestos que se atraen.
Sin poder evitarlo.
Sin poder poner control a sus tentaciones.
Ella es tan...
Se besan.
Se sienten dentro de su boca.
Compartiendo el sabor de si mismos.
Se sienten unidos.
Con cada envestida, más adentro.
Más profundo.
Más ellos.
Gimen.
En la noche.
En aquel callejón.

>>Oh, I bet you thought that I was soft and sweet (bet ya thought)
‘Ya fallen angel swept ya off your feet
Well I’m about to turn up the heat (turn up the heat)
I’m here for your entertainment<<

Con fiebre.
Una fiebre que les quema por dentro.
Con la calefacción interior a tope.
Como un juego peligroso.
Uno del que una vez entras... no puedes salir.